A mi regreso a Querétaro, enfrenté una serie de dificultades para poder salir adelante, tanto en mi interior como persona como para poder colocarme en algún trabajo, no fue nada fácil, más sin embargo me decía, ya estoy de vuelta y ese eco en mi interior lastimado pronto sanará, con mi familia mi relación había "mejorado", al menos así me sentía y de pronto sentí que regresaba para comerme al mundo, que todo lo que me había pasado en Xalapa, tantos golpes habían servido de algo, regresaba más madura y podía resolver cualquier adversidad, pero la realidad fue otra, como me fue en Xalapa sólo fue el comienzo de una serie de problemas que estaba por tener, y me di cuenta de algo muy importante, la soledad y vacío en mi interior continuaba, sólo que había cambiado de ciudad, pero yo me sentía por dentro exactamente igual con un infierno, muerta en vida, sin saber por qué, ¿pues qué no me había ya curado del Trastorno Depresivo Mayor con el primer tratamiento? y sabes qué el infierno que sientes te lo llevas a cualquier ciudad.....
Pues yo no sabía que es una enfermedad con la que cargas toda la vida, sólo que la tratas y se controla, pero en esos momentos no lo sabía, así que continué, tratando de no darle mucha importancia a eso y enfocarme en tratar de encontrar un trabajo y salir adelante económicamente, pero saben qué? aunque parezca sencillo, es autoengañarte, porque si no estás bien interiormente, no puedes estar bien con nada, con nada.....
Así que mi enfermedad seguía su progreso en silencio y no lo atendí y fue así como caí en mi segundo tratamiento, cuando un día al sentirme desesperada, comencé a aventar cosas y cuando realmente me di cuenta que estaba muy mal, le aventé a mi esposo un control remoto, fue ahí donde dije, basta, haber como le hago pero estas reacciones no pueden continuar y pedí ayuda a un profesional...
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